10-01-2025, 06:08 AM
Ficha de Personaje: Jesús Cirigliano
Historia Completa (Desde su nacimiento hasta los 25 años)
Infancia (0-10 años): El Frío Comienzo de un Corazón de Hielo
Jesús Ariel Cirigliano nació en una madrugada de noviembre de 1998 en Volgogrado, una ciudad marcada por la niebla y la decadencia de la posguerra. Su madre, Anya Cirigliano, provenía de una familia de clase media que, aunque sin lujos, vivía con cierta estabilidad económica. Su padre, Alexei, un hombre arrogante y controlador, trabajaba en el negocio del contrabando y la corrupción, pero su adicción al juego y su incapacidad para mantener el control de su vida personal llevaron a la familia a la ruina. Desde que Jesús tenía cinco años, la violencia y el abandono eran una constante en su hogar.
En su primer año, su madre intentó mantener la apariencia de una familia funcional, pero las discusiones y golpes entre sus padres eran la norma. Mientras su madre se hundía cada vez más en la desesperación por mantener la casa a flote, Jesús, siendo aún un niño, empezó a comprender que el amor y la protección solo existían en las películas, no en la vida real. A los seis años, tras uno de los tantos episodios de borracheras violentas de su padre, Jesús fue testigo de una brutal paliza que Alexei le propinó a su madre.
En ese instante, Jesús sintió una oleada de odio profundo hacia su padre, pero también una rara sensación de control. Ese día, su odio por la debilidad humana floreció. Decidió que su destino no podía depender de otros, que no podía confiar ni siquiera en los adultos que se suponía debían protegerlo. Aunque su madre seguía tratando de educarlo y mantenerlo alejado del crimen, Jesús se alejaba cada vez más de ella. Su mente se volvió fría y calculadora.
A los ocho años, Jesús ya se movía por las calles con la misma facilidad que cualquier adulto. Se unió a un grupo de niños huérfanos y vagabundos que sobrevivían mediante pequeños robos, extorsionando a vendedores de la ciudad. Desde el principio, mostró una habilidad excepcional para manipular a otros, y pronto se convirtió en el líder. No le importaba el riesgo ni las consecuencias. Robaba con una eficacia y calma que desconcertaban a sus compañeros.
En un episodio clave a los nueve años, Jesús fue testigo de cómo su padre intentaba, una vez más, golpear a su madre. Esta vez, sin embargo, Jesús no se quedó en la sombra. Con una frialdad que impresionó a su madre, le dio una golpiza a Alexei con un bate de metal que había encontrado en un callejón. Aunque la violencia de esa noche fue aterradora, fue también un punto de no retorno para Jesús. Por primera vez, experimentó la sensación de tener el poder de cambiar la situación, y desde ese momento se prometió que nunca sería una víctima más.
Adolescencia (11-17 años): El Sendero del Ladrón y el Líder
A los 11 años, Jesús ya dominaba la calle. Mientras su madre se hundía en la depresión por la pérdida de todo, Jesús buscaba nuevas formas de prosperar. En su mente, la pobreza era el enemigo, y todo lo que hacía para salir de ella era justo. Aunque la escuela era un medio que utilizaba solo para cubrir las apariencias, su astucia le permitió aprender rápidamente sobre negocios, psicología y control social. A los 12 años, comenzó a organizar pequeños robos en tiendas de la ciudad. A esa edad, Jesús ya tenía una visión clara de lo que significaba el poder.
A los 14 años, su grupo de niños se había transformado en una red organizada de ladrones, extorsionadores y contrabandistas que operaba en las sombras de Volgogrado. Aunque su madre no tenía idea de lo que hacía, Jesús no tenía intención de que ella supiera. Su frialdad emocional y capacidad para manipular a los demás le permitió construir relaciones con figuras influyentes dentro de la mafia local, quienes veían en él un joven astuto y sin escrúpulos.
Fue durante un enfrentamiento con una banda rival en los barrios bajos a los 16 años cuando la reputación de Jesús se consolidó. Su grupo fue atacado en una emboscada, y la violencia del enfrentamiento dejó varios heridos, pero Jesús no mostró signos de miedo. Al contrario, mató con frialdad a dos de los atacantes, dejando claro que nadie podía desafiarlo impunemente. Al final de ese año, Jesús era considerado una figura temida en su ciudad. Su capacidad para entender el miedo y el deseo de poder lo hacía más peligroso que cualquier otro líder juvenil en la región.
Juventud (18-25 años): El Emperador de la Sombra
A los 18 años, Jesús ya había dejado atrás su juventud turbulenta en las calles de Volgogrado y se había convertido en un hombre de negocios dentro del crimen organizado. A esa edad, estableció un contacto con las organizaciones criminales de Moscú, extendiendo su influencia en el tráfico de armas y narcóticos. Utilizaba su astucia para manipular situaciones y hacer que las personas hicieran lo que él quería, todo mientras mantenía una fachada de respeto en la sociedad. Con el paso de los años, consolidó su imperio con una red de extorsión, tráfico de personas y lavado de dinero.
Durante un viaje a Moscú, a los 20 años, Jesús orquestó la caída de una de las familias mafiosas más poderosas de la región, despojándola de su control sobre las rutas de narcotráfico. Sin embargo, ese mismo año sufrió un intento de asesinato por parte de un grupo rival que intentó derrocarlo. El ataque fue brutal, pero Jesús sobrevivió. La venganza fue implacable: aniquiló a todos los responsables del ataque, eliminando incluso a sus familiares cercanos para asegurarse de que nadie osara desafiar su poder. Tras este evento, la figura de Jesús Cirigliano fue vista como la de un hombre al que no se podía desafiar sin enfrentar consecuencias mortales.
A los 23 años, con una red de negocios ilegales que abarcaba desde Rusia hasta Europa del Este, Jesús se convirtió en uno de los hombres más poderosos en el mundo del crimen. Su nombre ya no solo era conocido en las calles de Volgogrado, sino en todo el mundo criminal. Las autoridades locales temían su ascenso, pero su habilidad para manipular a la policía y a los políticos locales lo mantenía por encima de la ley.
A los 25 años, el poder de Jesús no solo se limitaba al contrabando y la extorsión: su influencia había alcanzado la política, el comercio internacional e incluso los negocios legales. Estableció relaciones con políticos corruptos que lo ayudaban a lavar el dinero proveniente de sus actividades ilegales, mientras consolidaba una facción armada leal a su causa. Su mente fría y su capacidad para controlar a quienes lo rodeaban hicieron que se convirtiera en un verdadero titán del crimen.
Sin embargo, mientras su imperio crecía, Jesús sabía que el control era un juego peligroso. En su vida, solo había una regla: el poder debía mantenerse a toda costa. A sus 25 años, mientras expandía su influencia a nivel global, ya no quedaba rastros del niño solitario y despreciado que alguna vez fue. Jesús Cirigliano era ahora un hombre que, con mano de hierro y mente de acero, se aseguraba de que nada ni nadie pudiera arrebatarle lo que había ganado.
Ficha Psicológica de Jesús Cirigliano
Nombre Completo: Jesús Ariel Cirigliano
Edad: 25 años
Origen: Volgogrado, Rusia
Personalidad: Calculadora, manipuladora, fría, dominante, obsesiva, vengativa
1. Rasgos Generales de Personalidad
Jesús Cirigliano se caracteriza por ser una persona extremadamente calculadora y fría. Desde temprana edad, desarrolló una personalidad distante y meticulosa, casi ajena a las emociones humanas tradicionales. Es un hombre que opera siempre bajo la lógica de obtener poder, control y dominio sobre su entorno. La empatía y el cariño son conceptos ajenos para él, quienes lo rodean son simplemente herramientas o peones que puede usar a su conveniencia.
Es un individuo obsesionado con el control. Su vida está centrada en la idea de dominar a aquellos que lo rodean, ya sea a través de la violencia física o la manipulación psicológica. La necesidad de poder y de no depender de nadie es lo que impulsa cada una de sus acciones. El deseo de supervivencia y ascenso social a toda costa son sus motivaciones primarias. No siente remordimiento por sus actos, ya que ve a los demás como simples medios para un fin.
2. Trastornos y Problemas Psicológicos
3. Motivaciones y Creencias
4. Relaciones Interpersonales
5. Estilo de Vida y Comportamiento
6. Moralidad y Ética
La moralidad de Jesús es totalmente egoísta. Para él, el mundo se divide en dos categorías: aquellos que están por debajo de él, y aquellos que son útiles para alcanzar su poder. No cree en la justicia en un sentido tradicional; más bien, la justicia es solo una cuestión de poder. Si alguien le molesta o se interpone en su camino, no dudará en destruirlo, y lo justificará diciendo que era un obstáculo para su propia supervivencia.
No tiene ningún tipo de remordimiento por sus crímenes, y considera que el resto de la sociedad está formada por personas que simplemente no tienen la habilidad o la voluntad de luchar por lo que quieren. Para él, todo es un juego de poder, y su objetivo es ser el último jugador en pie.
Conclusión
Jesús Cirigliano es un hombre cuya vida está guiada por un profundo deseo de control, venganza y ascenso. Es frío, calculador y extremadamente peligroso. Su habilidad para manipular y su falta de empatía lo convierten en un líder temido, pero también en alguien que está condenado a vivir una existencia solitaria y desconectada de la humanidad. Sin ningún tipo de moralidad o ética convencional, Jesús vive solo para obtener poder y asegurarse de que nada ni nadie pueda arrebatarle lo que ha logrado.
Historia Completa (Desde su nacimiento hasta los 25 años)
Infancia (0-10 años): El Frío Comienzo de un Corazón de Hielo
Jesús Ariel Cirigliano nació en una madrugada de noviembre de 1998 en Volgogrado, una ciudad marcada por la niebla y la decadencia de la posguerra. Su madre, Anya Cirigliano, provenía de una familia de clase media que, aunque sin lujos, vivía con cierta estabilidad económica. Su padre, Alexei, un hombre arrogante y controlador, trabajaba en el negocio del contrabando y la corrupción, pero su adicción al juego y su incapacidad para mantener el control de su vida personal llevaron a la familia a la ruina. Desde que Jesús tenía cinco años, la violencia y el abandono eran una constante en su hogar.
En su primer año, su madre intentó mantener la apariencia de una familia funcional, pero las discusiones y golpes entre sus padres eran la norma. Mientras su madre se hundía cada vez más en la desesperación por mantener la casa a flote, Jesús, siendo aún un niño, empezó a comprender que el amor y la protección solo existían en las películas, no en la vida real. A los seis años, tras uno de los tantos episodios de borracheras violentas de su padre, Jesús fue testigo de una brutal paliza que Alexei le propinó a su madre.
En ese instante, Jesús sintió una oleada de odio profundo hacia su padre, pero también una rara sensación de control. Ese día, su odio por la debilidad humana floreció. Decidió que su destino no podía depender de otros, que no podía confiar ni siquiera en los adultos que se suponía debían protegerlo. Aunque su madre seguía tratando de educarlo y mantenerlo alejado del crimen, Jesús se alejaba cada vez más de ella. Su mente se volvió fría y calculadora.
A los ocho años, Jesús ya se movía por las calles con la misma facilidad que cualquier adulto. Se unió a un grupo de niños huérfanos y vagabundos que sobrevivían mediante pequeños robos, extorsionando a vendedores de la ciudad. Desde el principio, mostró una habilidad excepcional para manipular a otros, y pronto se convirtió en el líder. No le importaba el riesgo ni las consecuencias. Robaba con una eficacia y calma que desconcertaban a sus compañeros.
En un episodio clave a los nueve años, Jesús fue testigo de cómo su padre intentaba, una vez más, golpear a su madre. Esta vez, sin embargo, Jesús no se quedó en la sombra. Con una frialdad que impresionó a su madre, le dio una golpiza a Alexei con un bate de metal que había encontrado en un callejón. Aunque la violencia de esa noche fue aterradora, fue también un punto de no retorno para Jesús. Por primera vez, experimentó la sensación de tener el poder de cambiar la situación, y desde ese momento se prometió que nunca sería una víctima más.
![[Imagen: 5S431ak.png]](https://i.imgur.com/5S431ak.png)
Adolescencia (11-17 años): El Sendero del Ladrón y el Líder
A los 11 años, Jesús ya dominaba la calle. Mientras su madre se hundía en la depresión por la pérdida de todo, Jesús buscaba nuevas formas de prosperar. En su mente, la pobreza era el enemigo, y todo lo que hacía para salir de ella era justo. Aunque la escuela era un medio que utilizaba solo para cubrir las apariencias, su astucia le permitió aprender rápidamente sobre negocios, psicología y control social. A los 12 años, comenzó a organizar pequeños robos en tiendas de la ciudad. A esa edad, Jesús ya tenía una visión clara de lo que significaba el poder.
A los 14 años, su grupo de niños se había transformado en una red organizada de ladrones, extorsionadores y contrabandistas que operaba en las sombras de Volgogrado. Aunque su madre no tenía idea de lo que hacía, Jesús no tenía intención de que ella supiera. Su frialdad emocional y capacidad para manipular a los demás le permitió construir relaciones con figuras influyentes dentro de la mafia local, quienes veían en él un joven astuto y sin escrúpulos.
Fue durante un enfrentamiento con una banda rival en los barrios bajos a los 16 años cuando la reputación de Jesús se consolidó. Su grupo fue atacado en una emboscada, y la violencia del enfrentamiento dejó varios heridos, pero Jesús no mostró signos de miedo. Al contrario, mató con frialdad a dos de los atacantes, dejando claro que nadie podía desafiarlo impunemente. Al final de ese año, Jesús era considerado una figura temida en su ciudad. Su capacidad para entender el miedo y el deseo de poder lo hacía más peligroso que cualquier otro líder juvenil en la región.
![[Imagen: YAAakKC.png]](https://i.imgur.com/YAAakKC.png)
Juventud (18-25 años): El Emperador de la Sombra
A los 18 años, Jesús ya había dejado atrás su juventud turbulenta en las calles de Volgogrado y se había convertido en un hombre de negocios dentro del crimen organizado. A esa edad, estableció un contacto con las organizaciones criminales de Moscú, extendiendo su influencia en el tráfico de armas y narcóticos. Utilizaba su astucia para manipular situaciones y hacer que las personas hicieran lo que él quería, todo mientras mantenía una fachada de respeto en la sociedad. Con el paso de los años, consolidó su imperio con una red de extorsión, tráfico de personas y lavado de dinero.
Durante un viaje a Moscú, a los 20 años, Jesús orquestó la caída de una de las familias mafiosas más poderosas de la región, despojándola de su control sobre las rutas de narcotráfico. Sin embargo, ese mismo año sufrió un intento de asesinato por parte de un grupo rival que intentó derrocarlo. El ataque fue brutal, pero Jesús sobrevivió. La venganza fue implacable: aniquiló a todos los responsables del ataque, eliminando incluso a sus familiares cercanos para asegurarse de que nadie osara desafiar su poder. Tras este evento, la figura de Jesús Cirigliano fue vista como la de un hombre al que no se podía desafiar sin enfrentar consecuencias mortales.
A los 23 años, con una red de negocios ilegales que abarcaba desde Rusia hasta Europa del Este, Jesús se convirtió en uno de los hombres más poderosos en el mundo del crimen. Su nombre ya no solo era conocido en las calles de Volgogrado, sino en todo el mundo criminal. Las autoridades locales temían su ascenso, pero su habilidad para manipular a la policía y a los políticos locales lo mantenía por encima de la ley.
A los 25 años, el poder de Jesús no solo se limitaba al contrabando y la extorsión: su influencia había alcanzado la política, el comercio internacional e incluso los negocios legales. Estableció relaciones con políticos corruptos que lo ayudaban a lavar el dinero proveniente de sus actividades ilegales, mientras consolidaba una facción armada leal a su causa. Su mente fría y su capacidad para controlar a quienes lo rodeaban hicieron que se convirtiera en un verdadero titán del crimen.
Sin embargo, mientras su imperio crecía, Jesús sabía que el control era un juego peligroso. En su vida, solo había una regla: el poder debía mantenerse a toda costa. A sus 25 años, mientras expandía su influencia a nivel global, ya no quedaba rastros del niño solitario y despreciado que alguna vez fue. Jesús Cirigliano era ahora un hombre que, con mano de hierro y mente de acero, se aseguraba de que nada ni nadie pudiera arrebatarle lo que había ganado.
![[Imagen: 0PnSufK.png]](https://i.imgur.com/0PnSufK.png)
Ficha Psicológica de Jesús Cirigliano
Nombre Completo: Jesús Ariel Cirigliano
Edad: 25 años
Origen: Volgogrado, Rusia
Personalidad: Calculadora, manipuladora, fría, dominante, obsesiva, vengativa
1. Rasgos Generales de Personalidad
Jesús Cirigliano se caracteriza por ser una persona extremadamente calculadora y fría. Desde temprana edad, desarrolló una personalidad distante y meticulosa, casi ajena a las emociones humanas tradicionales. Es un hombre que opera siempre bajo la lógica de obtener poder, control y dominio sobre su entorno. La empatía y el cariño son conceptos ajenos para él, quienes lo rodean son simplemente herramientas o peones que puede usar a su conveniencia.
Es un individuo obsesionado con el control. Su vida está centrada en la idea de dominar a aquellos que lo rodean, ya sea a través de la violencia física o la manipulación psicológica. La necesidad de poder y de no depender de nadie es lo que impulsa cada una de sus acciones. El deseo de supervivencia y ascenso social a toda costa son sus motivaciones primarias. No siente remordimiento por sus actos, ya que ve a los demás como simples medios para un fin.
2. Trastornos y Problemas Psicológicos
- Narcisismo Patológico:
Jesús tiene una visión exagerada de su propia importancia. Se considera a sí mismo como una figura superior, tanto intelectual como físicamente. En su mente, la mayoría de las personas son inferiores, y él es alguien predestinado para el poder y la grandeza. Tiene una necesidad constante de admiración, y su ego es alimentado por el respeto (y el miedo) que genera en los demás. Esto lo lleva a ser extremadamente vanidoso y a creerse invulnerable.
- Desorden de Personalidad Antisocial:
Jesús muestra claros signos de un trastorno de personalidad antisocial, caracterizado por la falta de remordimiento por sus actos y la falta de empatía hacia los demás. No le importa infringir la ley, romper las reglas o manipular a las personas para obtener lo que quiere. No siente culpa ni remordimiento por las consecuencias de sus acciones, y su capacidad para usar la violencia sin alterarse emocionalmente demuestra su naturaleza cruel y calculadora.
- Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT):
Aunque su trastorno de personalidad antisocial es el rasgo más predominante, Jesús también tiene vestigios de un posible trastorno de estrés postraumático debido a las experiencias traumáticas vividas en su infancia, especialmente en relación con su padre abusivo. La violencia, la humillación y el abandono temprano dejaron huellas profundas en su psicología. Estas experiencias lo hicieron desarrollar una necesidad constante de control y venganza, así como una incapacidad para confiar en los demás.
3. Motivaciones y Creencias
- Control Total:
El deseo más profundo de Jesús es el control absoluto sobre su vida y sobre las vidas de los demás. Desde pequeño aprendió que la única forma de sobrevivir era tomando el control, y esta creencia se ha arraigado profundamente en su ser. El poder le otorga seguridad, y la seguridad le permite mantener a raya sus demonios internos.
- Desdén hacia la Vulnerabilidad:
Jesús tiene una visión distorsionada de la vulnerabilidad. Lo que algunos considerarían la empatía o la bondad, él lo ve como debilidad. Para él, las emociones humanas son armas que se pueden usar en su contra. Desde su infancia, aprendió que los débiles son fácilmente manipulados y derrotados, por lo que se ha propuesto erradicar cualquier tipo de debilidad dentro de sí mismo.
- Venganza y Resentimiento:
Jesús guarda un profundo resentimiento hacia su padre y, por extensión, hacia todas las figuras de autoridad que percibe como abusivas o manipuladoras. La venganza se convierte en una necesidad personal, y cada uno de sus movimientos está impulsado por la intención de eliminar cualquier amenaza a su poder y, a su vez, vengar las injusticias sufridas en su infancia. Es un hombre que se alimenta de la revancha, y su sed de justicia personal no tiene límites.
- Supervivencia y Ascenso Social:
La necesidad de ascender y superar su origen humilde lo ha llevado a un camino de constantes sacrificios. Jesús no duda en eliminar a quienes considera obstáculos, ya sean amigos, familiares o enemigos. La supervivencia es una cuestión de vida o muerte, y él siempre elige la opción que lo lleva a la cima, incluso si eso implica traicionar o destruir a quienes alguna vez fueron sus aliados.
4. Relaciones Interpersonales
- Desconfianza Absoluta:
Jesús no confía en nadie. De hecho, ve a todos los seres humanos como una posible amenaza o herramienta. Para él, las relaciones son transacciones: usa a los demás para obtener lo que quiere y, cuando ya no le sirven, los descarta sin remordimiento. Ha tenido pocas relaciones genuinas a lo largo de su vida, y su falta de empatía lo convierte en un líder temido, pero también aislado. A pesar de su necesidad de poder, su frialdad y desconfianza lo han dejado incapaz de formar vínculos emocionales sinceros.
- Relación con su Madre (Anya Cirigliano):
La relación de Jesús con su madre es compleja. A pesar de que Anya lo cuidó en su infancia, Jesús nunca vio en ella una figura de apoyo emocional. La relación con su madre es fría y distante; él la ve como débil e incapaz de protegerlo en su momento más vulnerable. La figura materna en su vida es más una presencia silenciosa que un apoyo emocional. No la desprecia por completo, pero la considera una figura insignificante en su vida de adulto, alguien que no puede comprender la magnitud de lo que él es capaz de hacer para obtener poder.
- Aliados y Rivales:
Jesús maneja sus relaciones con aliados y enemigos con una estrategia impecable. Sabe cuándo halagar, cuándo manipular, y cuándo utilizar la violencia para enviar un mensaje. A sus aliados les exige lealtad absoluta, pero si algún día son un obstáculo o se muestran desleales, no dudará en eliminarlos. Sus enemigos, en cambio, son simplemente una molestia temporal: los elimina con precisión quirúrgica, sin dejar espacio para el arrepentimiento.
5. Estilo de Vida y Comportamiento
- Comportamiento Frío y Calculador:
Jesús es extremadamente meticuloso en sus acciones. Siempre planea con antelación y evalúa todas las posibles consecuencias antes de tomar decisiones. La espontaneidad y la improvisación no forman parte de su estilo; cada movimiento que hace está basado en un cálculo frío y racional. Su capacidad para mantener la calma bajo presión lo hace extremadamente peligroso, ya que, incluso en situaciones extremas, mantiene su mente enfocada en el objetivo final.
- Violencia como Herramienta:
La violencia no es solo un medio para Jesús, es una herramienta más en su arsenal. La usa cuando es necesario, pero también sabe cómo deshumanizar a sus víctimas antes de actuar. La violencia, para él, no es una pérdida de control; es un ejercicio de poder que refuerza su dominio. El sufrimiento de los demás lo deja indiferente, ya que lo ve como un simple costo de hacer negocios.
6. Moralidad y Ética
La moralidad de Jesús es totalmente egoísta. Para él, el mundo se divide en dos categorías: aquellos que están por debajo de él, y aquellos que son útiles para alcanzar su poder. No cree en la justicia en un sentido tradicional; más bien, la justicia es solo una cuestión de poder. Si alguien le molesta o se interpone en su camino, no dudará en destruirlo, y lo justificará diciendo que era un obstáculo para su propia supervivencia.
No tiene ningún tipo de remordimiento por sus crímenes, y considera que el resto de la sociedad está formada por personas que simplemente no tienen la habilidad o la voluntad de luchar por lo que quieren. Para él, todo es un juego de poder, y su objetivo es ser el último jugador en pie.
Conclusión
Jesús Cirigliano es un hombre cuya vida está guiada por un profundo deseo de control, venganza y ascenso. Es frío, calculador y extremadamente peligroso. Su habilidad para manipular y su falta de empatía lo convierten en un líder temido, pero también en alguien que está condenado a vivir una existencia solitaria y desconectada de la humanidad. Sin ningún tipo de moralidad o ética convencional, Jesús vive solo para obtener poder y asegurarse de que nada ni nadie pueda arrebatarle lo que ha logrado.