06-04-2025, 03:17 PM
Perfecto, hermano. Acá te la dejo reescrita con un tono mucho más natural, humano y fluido, como si la estuviera contando alguien de confianza, y al final te tiro las imágenes de referencia reales que encajan con el estilo de Lussop.
LUSSOP SAHUR
¿Quién es Lussop?
Lussop es uno de esos pibes que no te olvidás fácil. Tiene esa mirada que te atraviesa, como si pudiera leerte la vida entera con un solo cruce de ojos. No habla mucho, pero cuando habla, todos escuchan. Tiene una pinta callejera mezclada con presencia seria. El flaco sabe lo que vale, sin tener que demostrar nada.
Siempre va vestido con ropa oscura, zapatillas bien cuidadas, camperas de cuero o buzos oversize. Tiene un par de tatuajes que no son facha nomás, sino recuerdos de lo que vivió. Uno en el cuello, una rosa con una daga; y otro en el brazo que dice "Resistencia", que tiene más historia de lo que parece.
No busca hacerse el malo. Pero si te cruzás con él, sabés que no es uno más. Tiene esa energía que te pone alerta, esa vibra que hace que la gente lo respete sin pedirlo.
Su historia
Lussop nació y se crió en La Matanza, uno de esos barrios donde aprendés a sobrevivir antes que a multiplicar. Su vieja, Zayra, se rompía el lomo como enfermera en un hospital público. Y su viejo, Damián… bueno, ese estaba en la otra cara de la moneda. Tranzas, robos, movidas turbias. Siempre en la calle. Siempre en el límite.
De chico, Lussop era callado, observador. No jugaba mucho con los pibes del barrio, prefería mirar, escuchar. Pero su hermano mayor, Leandro, fue su referente. Él sí que era bravo. Le enseñó cómo moverse, cómo defenderse, cómo no confiar en nadie. Hasta que un día no volvió más. Lo levantaron o lo bajaron, nunca se supo. Tenía 13 años Lussop cuando eso pasó, y fue el punto de quiebre.
Ahí fue cuando se terminó de forjar. Empezó a meterse en cosas, primero como pibe de los mandados para bandas locales. A los 15 ya estaba haciendo entregas y llevando fierros de un lado a otro. A los 18, después de una vuelta pesada donde casi lo bajan por un malentendido, decidió volar del país.
Alguien le mencionó Los Santos como “la tierra de las oportunidades”, pero no para empresarios, sino para gente como él. Callado, vivo y sin miedo.
En Los Santos
Cuando cayó a Los Santos, no tenía nada. Ni contactos, ni guita, ni techo. Empezó de abajo, como siempre. Laburando en lo que salía, mientras iba metiéndose de a poco en el circuito. Se ganó el respeto por saber moverse: no chamuyaba de más, cumplía, y si había que ensuciarse las manos, no dudaba.
Conoció a Mauro "El Fino", un argentino que manejaba tráfico de armas en el sur de la ciudad. El loco le dio una mano, pero no gratis. Le puso pruebas y Lussop respondió. Hoy en día tienen negocios juntos, aunque cada uno va por su lado. Hay respeto mutuo, pero no confianza total. En ese mundo, confiar demasiado te hace terminar como Leandro: desaparecido o muerto.
También tiene conexión con una mina, “La Chula”, mecánica y tranza. La relación con ella es rara… a veces parece que se gustan, otras que se usan. Lo cierto es que juntos hicieron un par de jugadas que les llenaron los bolsillos.
Su objetivo
Lussop no quiere ser “el capo de la ciudad”, ni aparecer en carteles. Lo que quiere es no depender de nadie. Tener control. Su filosofía es simple: “si no te haces tu lugar, te lo pisan”. No confía en nadie que no haya pasado hambre, ni respeta a los que se suben al pedestal sin haberse ensuciado.
No busca venganza, busca poder. No para jactarse, sino para no volver a estar en la mierda. Y si en el camino puede encontrar pistas sobre su hermano o ajustar cuentas del pasado, mejor.
Referencias visuales:
Lussop:
![[Imagen: p6neYzV.png]](https://i.imgur.com/p6neYzV.png)
Papá:
![[Imagen: Zmz2xKl.png]](https://i.imgur.com/Zmz2xKl.png)
Mamá:
LUSSOP SAHUR
- Edad: 22 años
- Nacionalidad: Argentino
- Fecha de nacimiento: 17 de diciembre de 2002
- Lugar de nacimiento: La Matanza, Buenos Aires
- Padres: Zayra Sahur y Damián Sahur
- Hermano: Leandro Sahur (desaparecido)
- Residencia actual: Los Santos
¿Quién es Lussop?
Lussop es uno de esos pibes que no te olvidás fácil. Tiene esa mirada que te atraviesa, como si pudiera leerte la vida entera con un solo cruce de ojos. No habla mucho, pero cuando habla, todos escuchan. Tiene una pinta callejera mezclada con presencia seria. El flaco sabe lo que vale, sin tener que demostrar nada.
Siempre va vestido con ropa oscura, zapatillas bien cuidadas, camperas de cuero o buzos oversize. Tiene un par de tatuajes que no son facha nomás, sino recuerdos de lo que vivió. Uno en el cuello, una rosa con una daga; y otro en el brazo que dice "Resistencia", que tiene más historia de lo que parece.
No busca hacerse el malo. Pero si te cruzás con él, sabés que no es uno más. Tiene esa energía que te pone alerta, esa vibra que hace que la gente lo respete sin pedirlo.
Su historia
Lussop nació y se crió en La Matanza, uno de esos barrios donde aprendés a sobrevivir antes que a multiplicar. Su vieja, Zayra, se rompía el lomo como enfermera en un hospital público. Y su viejo, Damián… bueno, ese estaba en la otra cara de la moneda. Tranzas, robos, movidas turbias. Siempre en la calle. Siempre en el límite.
De chico, Lussop era callado, observador. No jugaba mucho con los pibes del barrio, prefería mirar, escuchar. Pero su hermano mayor, Leandro, fue su referente. Él sí que era bravo. Le enseñó cómo moverse, cómo defenderse, cómo no confiar en nadie. Hasta que un día no volvió más. Lo levantaron o lo bajaron, nunca se supo. Tenía 13 años Lussop cuando eso pasó, y fue el punto de quiebre.
Ahí fue cuando se terminó de forjar. Empezó a meterse en cosas, primero como pibe de los mandados para bandas locales. A los 15 ya estaba haciendo entregas y llevando fierros de un lado a otro. A los 18, después de una vuelta pesada donde casi lo bajan por un malentendido, decidió volar del país.
Alguien le mencionó Los Santos como “la tierra de las oportunidades”, pero no para empresarios, sino para gente como él. Callado, vivo y sin miedo.
En Los Santos
Cuando cayó a Los Santos, no tenía nada. Ni contactos, ni guita, ni techo. Empezó de abajo, como siempre. Laburando en lo que salía, mientras iba metiéndose de a poco en el circuito. Se ganó el respeto por saber moverse: no chamuyaba de más, cumplía, y si había que ensuciarse las manos, no dudaba.
Conoció a Mauro "El Fino", un argentino que manejaba tráfico de armas en el sur de la ciudad. El loco le dio una mano, pero no gratis. Le puso pruebas y Lussop respondió. Hoy en día tienen negocios juntos, aunque cada uno va por su lado. Hay respeto mutuo, pero no confianza total. En ese mundo, confiar demasiado te hace terminar como Leandro: desaparecido o muerto.
También tiene conexión con una mina, “La Chula”, mecánica y tranza. La relación con ella es rara… a veces parece que se gustan, otras que se usan. Lo cierto es que juntos hicieron un par de jugadas que les llenaron los bolsillos.
Su objetivo
Lussop no quiere ser “el capo de la ciudad”, ni aparecer en carteles. Lo que quiere es no depender de nadie. Tener control. Su filosofía es simple: “si no te haces tu lugar, te lo pisan”. No confía en nadie que no haya pasado hambre, ni respeta a los que se suben al pedestal sin haberse ensuciado.
No busca venganza, busca poder. No para jactarse, sino para no volver a estar en la mierda. Y si en el camino puede encontrar pistas sobre su hermano o ajustar cuentas del pasado, mejor.
Referencias visuales:
Lussop:
![[Imagen: p6neYzV.png]](https://i.imgur.com/p6neYzV.png)
Papá:
![[Imagen: Zmz2xKl.png]](https://i.imgur.com/Zmz2xKl.png)
Mamá:
![[Imagen: rgHJkus.png]](https://i.imgur.com/rgHJkus.png)
![[Imagen: b58b97a882d87487283561e83d1d017d.jpg]](https://i.pinimg.com/736x/b5/8b/97/b58b97a882d87487283561e83d1d017d.jpg)