06-09-2024, 04:58 PM
Nombre Completo: Frank Muller
Edad: 26 años
Nacionalidad: Argentina
Ocupación: Delincuente, narcotraficante
Residencia Actual: Buenos Aires, Argentina
Apariencia física:
Infancia:
Frank Muller nació en un barrio marginal de Buenos Aires, Argentina, en 1998. Hijo de un padre ausente y una madre que trabajaba largas horas como empleada doméstica, Frank creció en un ambiente lleno de carencias. Desde pequeño, estuvo expuesto a la violencia y las malas influencias que rondaban su barrio. A los 10 años, ya era común verlo en las calles, metido en pequeños robos y vandalismo junto a otros chicos de su edad.
Sin una figura paterna ni una guía adecuada, Frank buscaba un sentido de pertenencia en las pandillas locales. A los 12 años, ya era parte de un grupo delictivo que operaba en la zona, realizando trabajos menores para criminales mayores. Las drogas empezaron a formar parte de su vida a temprana edad, tanto como consumidor como distribuidor.
Adolescencia:
En su adolescencia, la vida de Frank dio un giro aún más oscuro. Abandonó la escuela a los 15 años, viendo en la delincuencia y el narcotráfico un camino más rápido hacia el dinero y el poder. Con 16 años, comenzó a trabajar para un cartel local, donde aprendió las reglas del negocio. No tardó en escalar posiciones dentro de la organización, gracias a su astucia y falta de escrúpulos.
A los 18 años, ya estaba involucrado en el tráfico de drogas a gran escala, moviendo cocaína y otras sustancias desde las villas hacia zonas más acomodadas de su ciudad local. El dinero fácil, los autos lujosos, y la vida nocturna empezaron a definir su día a día, pero también le trajeron enemigos. A los 20 años, Frank sobrevivió a su primer tiroteo, un hecho que lo marcó profundamente, haciéndolo más frío y calculador.
Desarrollo de la Delincuencia de Frank Muller (Breve):
Frank comenzó en la delincuencia a los 10 años con pequeños robos en su barrio. A los 14, trabajaba para pandillas como cobrador y vendedor de drogas. A los 18, ya manejaba redes de narcotráfico en Buenos Aires. A los 20, sobrevivió a un tiroteo, consolidándose como un peligroso narcotraficante. Hoy, a los 26 años, es un capo respetado y temido en el mundo del crimen argentino.
Actualidad:
Hoy en día, Frank Muller es un reconocido narcotraficante y delincuente en su ciudad local. A sus 26 años, controla varias zonas de la ciudad, tanto en la distribución de drogas como en el cobro de deudas y protección. Es conocido por su brutalidad y su habilidad para escapar de la justicia, aunque la policía lo tiene en su radar. Vive rodeado de lujo y peligro constante, manteniendo una vida donde la traición y la violencia son moneda corriente.
Pese a todo, Frank no muestra señales de querer salir de este mundo. Para él, el poder y el respeto que ha ganado en las calles son su única motivación. Vive bajo un lema: "Es mejor ser temido que respetado". Sin embargo, en el fondo, sabe que su destino probablemente acabará en una cárcel o peor aún, en un ataúd.
Edad: 26 años
Nacionalidad: Argentina
Ocupación: Delincuente, narcotraficante
Residencia Actual: Buenos Aires, Argentina
Apariencia física:
- Altura: 1.85 metros
- Complexión: Musculoso, pero no excesivamente.
- Cabello: Negro, corto y desordenado.
- Ojos: Marrones oscuros, con una mirada fría y penetrante.
- Vestimenta: Suelen vestir ropa de marca, pero siempre con un estilo callejero. Prefiere los colores oscuros.
Infancia:
Frank Muller nació en un barrio marginal de Buenos Aires, Argentina, en 1998. Hijo de un padre ausente y una madre que trabajaba largas horas como empleada doméstica, Frank creció en un ambiente lleno de carencias. Desde pequeño, estuvo expuesto a la violencia y las malas influencias que rondaban su barrio. A los 10 años, ya era común verlo en las calles, metido en pequeños robos y vandalismo junto a otros chicos de su edad.
Sin una figura paterna ni una guía adecuada, Frank buscaba un sentido de pertenencia en las pandillas locales. A los 12 años, ya era parte de un grupo delictivo que operaba en la zona, realizando trabajos menores para criminales mayores. Las drogas empezaron a formar parte de su vida a temprana edad, tanto como consumidor como distribuidor.
Adolescencia:
En su adolescencia, la vida de Frank dio un giro aún más oscuro. Abandonó la escuela a los 15 años, viendo en la delincuencia y el narcotráfico un camino más rápido hacia el dinero y el poder. Con 16 años, comenzó a trabajar para un cartel local, donde aprendió las reglas del negocio. No tardó en escalar posiciones dentro de la organización, gracias a su astucia y falta de escrúpulos.
A los 18 años, ya estaba involucrado en el tráfico de drogas a gran escala, moviendo cocaína y otras sustancias desde las villas hacia zonas más acomodadas de su ciudad local. El dinero fácil, los autos lujosos, y la vida nocturna empezaron a definir su día a día, pero también le trajeron enemigos. A los 20 años, Frank sobrevivió a su primer tiroteo, un hecho que lo marcó profundamente, haciéndolo más frío y calculador.
Desarrollo de la Delincuencia de Frank Muller (Breve):
Frank comenzó en la delincuencia a los 10 años con pequeños robos en su barrio. A los 14, trabajaba para pandillas como cobrador y vendedor de drogas. A los 18, ya manejaba redes de narcotráfico en Buenos Aires. A los 20, sobrevivió a un tiroteo, consolidándose como un peligroso narcotraficante. Hoy, a los 26 años, es un capo respetado y temido en el mundo del crimen argentino.
Actualidad:
Hoy en día, Frank Muller es un reconocido narcotraficante y delincuente en su ciudad local. A sus 26 años, controla varias zonas de la ciudad, tanto en la distribución de drogas como en el cobro de deudas y protección. Es conocido por su brutalidad y su habilidad para escapar de la justicia, aunque la policía lo tiene en su radar. Vive rodeado de lujo y peligro constante, manteniendo una vida donde la traición y la violencia son moneda corriente.
Pese a todo, Frank no muestra señales de querer salir de este mundo. Para él, el poder y el respeto que ha ganado en las calles son su única motivación. Vive bajo un lema: "Es mejor ser temido que respetado". Sin embargo, en el fondo, sabe que su destino probablemente acabará en una cárcel o peor aún, en un ataúd.